Ser líder en tu aula es una de las cuestiones que todo docente pienso debe replantearse al comienzo de un curso. ¿Qué tipo de docente eres? ¿Cómo te ves tú y cómo lo hacen tus alumnos? Nuestro compromiso con la enseñanza nos hace replantearnos nuestra misión o nuestra meta educativa diaria. Pienso por ello que año tras año reformularnos nuestro trabajo, es lo idóneo, puesto que nuestra vocación por los niños y el aprendizaje así lo requiere.
El tipo de líder que fuiste el año pasado, este curso que comienza puedes enfocarlo de manera diferente adaptando los errores que seguramente se cometieron, puesto que nadie es perfecto y todos, incluso los líderes con más seguidores han cometido.
La motivación hacia nuestros alumnos, visión de futuro, dominio de los cambios en situaciones inesperadas, la organización de tales situaciones y nuestra iniciativa nos convierten en líderes, y no un simple líder, somos líderes de nuestros alumnos, del futuro de todos, estamos creando personas. Aunque muchos docentes no se lo plantean son líderes sin ser conscientes, sus seguidores (los alumnos) se guían por su talante, su iniciativa sus pasos.
Para muchos docentes ser un buen líder en su aula es mantener al alumnado lo más tranquilo y atento posible. Su postura de líder es autoritaria donde sus normas y el castigo son el acento del aula. Existen sin embargo líderes en el aula que sostienen que hay que tratar a los alumnos con el diálogo, repartir la responsabilidad del aprendizaje y trabajar las habilidades sociales. Sin embargo si preguntamos en los colegios muchos de los profesores o maestros ven esta segunda opción como algo utópico dada la realidad de los alumnos y del sistema actual.
Desde mi punto de vista se trata de buscar un punto medio, manteniendo una actitud firme en los momentos oportunos al mismo tiempo que se debe sincronizar con los alumnos, siempre claro está manteniendo claro los roles del aula. Y algo que debe poseer con total certeza nuestro líder en el aula es el entusiasmo y disfrute por lo que hace, debe enseñar a disfrutar.
Al mismo tiempo debe trabajar las habilidades que como líder deben estar presentes, puesto que no se es líder de manera innata, sino que se puede aprender a serlo, y como docentes es nuestro deber. Habilidades tales como ser innovador, coach de sus alumnos, vendedor de sus conocimientos, comunicador, capaz de resolver los problemas que debe manejar por tiempos, controlando así su calidad de enseñanza para crear mejores metas futuras, controlando el presente y el futuro en el aula, tomando las decisiones oportunas disciplinadamente y asumiendo los riesgos que pueden plantearse, pero todo ello con un bien común entre los alumnos (sus seguidores) y él, la mejora continua del aula para obtener una alegría de vivir y aprender.
Me gustaría terminar mi entrada con una historia de un líder muy especial, Peter Pan, el líder de los niños perdidos. Este personaje puede ser un símil sencillo sobre lo que un líder del aula puede alcanzar. Peter Pan libraba batallas con el malvado Capitán Garfio, con la ayuda de Campanilla educaba a los niños perdidos transmitiendo unos valores, su entusiasmo, unos conocimientos...y una meta....ser feliz en el País de Nunca Jamas. Y qué mejor manera de acabar con esta maravillosa historia, aqui os dejo el trailer, espero veais la película y os guste.
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